Por Francia
Carabobo. Venezuela
Hola, soy Francia!!! La experiencia fue insuperable desde mucho antes del evento, no había ido a una Convención y por todas las experiencias escuchadas por mis compañeros me hicieron crear grandes expectativas con ese momento, desde el principio me involucré seriamente en ir y hasta adquirí la entrada con mucha anticipación para tener esa gran oportunidad.
Mi pareja y yo ahorramos para tener todo lo necesario y unos meses antes decidimos comprar un vehículo para disfrutar el viaje al máximo, así pasó, nos fuimos con dos compañeros principiantes y allá compartimos con otro que nos ayudó con la estadía en San Cristóbal; a Dios gracias todo se dio con mucha fluidez y en armonía.
Conocimos personas espectaculares que nos recibieron y nos atendieron con mucho amor, igualmente la Convención fue una experiencia muy grata y el compartir con mis compañeros de Valencia y de todas partes de Venezuela y de otros países fue muy gratificante, realmente sentí que los conocía de toda la vida, unos de mis compañeros dijo de regreso “me vine con unos conocidos y me regreso con mis hermanos” estoy segura que todos sentimos igual que él, no hay palabras para expresar el sentimiento de unión fraternal que se desarrolló en esos 6 días de convivencia.
Estoy agradecida con todos los organizadores del evento por la selección de los ponentes que Dios usó de instrumento para poner el mensaje de A.A. en sus palabras y que fuese el evento en el estado Táchira, tierra bella!, Me dio la oportunidad de conocerla más, de recorrerla y de quererla más, me encantó su belleza, su gente y demás está decir que la disfrute muchísimo, me di la ocasión de ir con mis hermanos hasta un juego de fútbol que estaba programado el día de clausura del evento, hasta eso, fue increíble!.
El regreso fue enternecedor, quería quedarme más tiempo y seguir compartiendo, pero, llegó el momento de volver, igual disfrutamos cada instante del camino a nuestro hogar recreándonos con la naturaleza y deleitándonos con el paisaje, el amor de Dios nos seguía bendiciendo con su hermosa Creación y no pudimos negarnos a gozar de cuánto ríos y parajes nos encontramos en la vía, hasta nos tomó más tiempo llegar a nuestras casas por andar de aventureros!.
Todos ya en Carabobo siguieron nuestro recorrido, algunos preocupados y otros curiosos, pero con los mejores deseos, todo salió “a pedir de boca”, nada de que arrepentirnos porque aprendimos que la vida sin alcohol se vive, se recrea, se disfruta y se goza mejor!!! En honor a esta fabulosa experiencia, hoy no voy a tomar!!!